Existen varias razones por la cual discriminamos y una de
ellas y la menos común es por la religión a la cual pertenecemos, que si somos
católicos, adventistas, testigos de Jehová, evangélicos, en una u otra religión
hay personas que no respetan los derechos humanos y discriminan sin
consideración al que no pertenezca o tenga sus mismas creencias.
Es por tal motivo que el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos especifica claramente que:
“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.”
Además en la Declaración Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Intolerancia y Discriminación Fundadas en la Religión o las Convicciones en el artículo 1, inciso 3º, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas explica detalladamente que:
"La libertad de manifestar la propia religión o las propias convicciones estará sujeta únicamente a las limitaciones que prescriba la ley y que sean necesarias para proteger la seguridad, el orden, la salud o la moral públicos o los derechos y libertades fundamentales de los demás."
Ambas declaraciones va en favor de los derechos que tiene cada ser humano de pertenecer a cualquier religión que considere que es donde puede estar más cerca de Dios o que va más acorde con sus creencias.
En la cotidianidad hay personas que enfrentan este tipo de rechazo, cohibiéndolos en muchos casos al acceso de la educación, salud, bienestar económico, social e incluso cultural. En ocasiones o situaciones que están llegan al límite algunas de estas personas son arrestadas o pierden la vida por seguir sus convicciones.
Es esta una de las razones por la cual las Naciones Unidas se han encargado de esta problemática desde su fundación y han prohibido así la discriminación por religión y por ende está consagrada en los principales tratados internacionales de derechos humanos. En este sentido, los Estados tienen el deber de abstenerse de discriminar a las personas o grupos con base en su religión o creencia (obligación de respetar); tienen el deber de prevenir ese tipo de discriminación, incluyendo la discriminación por parte de actores no estatales (obligación de proteger); y deben adoptar las medidas necesarias para velar por que, en la práctica, toda persona que se encuentre en su territorio pueda disfrutar todos los derechos humanos sin discriminación alguna (obligación de cumplir).
Bibliografia:
Es por tal motivo que el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos especifica claramente que:
“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.”
Además en la Declaración Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Intolerancia y Discriminación Fundadas en la Religión o las Convicciones en el artículo 1, inciso 3º, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas explica detalladamente que:
"La libertad de manifestar la propia religión o las propias convicciones estará sujeta únicamente a las limitaciones que prescriba la ley y que sean necesarias para proteger la seguridad, el orden, la salud o la moral públicos o los derechos y libertades fundamentales de los demás."
Ambas declaraciones va en favor de los derechos que tiene cada ser humano de pertenecer a cualquier religión que considere que es donde puede estar más cerca de Dios o que va más acorde con sus creencias.
En la cotidianidad hay personas que enfrentan este tipo de rechazo, cohibiéndolos en muchos casos al acceso de la educación, salud, bienestar económico, social e incluso cultural. En ocasiones o situaciones que están llegan al límite algunas de estas personas son arrestadas o pierden la vida por seguir sus convicciones.
Es esta una de las razones por la cual las Naciones Unidas se han encargado de esta problemática desde su fundación y han prohibido así la discriminación por religión y por ende está consagrada en los principales tratados internacionales de derechos humanos. En este sentido, los Estados tienen el deber de abstenerse de discriminar a las personas o grupos con base en su religión o creencia (obligación de respetar); tienen el deber de prevenir ese tipo de discriminación, incluyendo la discriminación por parte de actores no estatales (obligación de proteger); y deben adoptar las medidas necesarias para velar por que, en la práctica, toda persona que se encuentre en su territorio pueda disfrutar todos los derechos humanos sin discriminación alguna (obligación de cumplir).
Bibliografia:
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